
El deterioro cognitivo es uno de los cambios en la salud asociados con el envejecimiento. Las evidencias previas sugieren que el ejercicio puede desempeñar un papel importante para reducir o prevenir este deterioro. Un estudio publicado en la revista Physiology & Behavior ha analizado qué impacto tiene un programa personalizado de ejercicios en un grupo de 33 personas mayores portuguesas. La intervención de ejercicio incluyó entrenamiento aeróbico y de fuerza, desarrollado de acuerdo con el modelo descrito por AGA@4Life (enfoque geriátrico integral para promover el envejecimiento activo y saludable). Los participantes se dividieron en un grupo de ejercicio o de control, en función de su voluntad de unirse al grupo de ejercicio, y los grupos fueron similares en términos de características clínicas y demográficas. El programa fue impartido por dos profesionales del ejercicio.
Los resultados indicaron mejoras significativas en la función cognitiva de los participantes en el ejercicio, en comparación con el grupo control. En particular, el grupo de intervención observó mejoras en el control motor, la memoria de trabajo espacial y el aprendizaje asociado visuoespacial en comparación con el grupo que no realizó ejercicio. Según los autores, «los resultados identifican claramente el ejercicio físico como una herramienta no farmacológica eficaz para modular de manera positiva el deterioro relacionado con la edad en la función cognitiva de las personas mayores, particularmente cuando se prescribe en un enfoque personalizado con una estructura multicomponente».
Fuente: Pereira T., Cipriano I., Costa T., Saraiva M., Martins A.; AGA@4life Consortium Exercise, ageing and cognitive function - «Effects of a personalized physical exercise program in the cognitive function of older adults». Physiology & Behavior. 1 de abril de 2019; 202:8-13.