“Hay que tener paciencia, ambición y motivación para seguir entrenando y mejorando. Merece la pena”
Unai Baigorri (Vitoria-Gasteiz, 2005) empezó a practicar gimnasia artística a los 6 años, tras descubrir esta actividad en los hinchables de un cumpleaños. Dos años más tarde ya entrenaba en el Club Arabatxo. Su lista de éxitos no ha dejado de crecer: desde 2015 ha participado en casi todos los Campeonatos de España, donde siempre se ha colgado alguna medalla; ha sido campeón de España (2019) en la categoría de vía olímpica; de la mano del técnico gasteiztarra Xabier Larrimbe, participó en el Europeo junior (2022); y en su primera participación internacional logró entrar en la final de caballo de salto, finalizando en sexta posición.
Senior desde enero y protagonista de una progresión meteórica, forma parte de la selección española de gimnasia artística y vive en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Por su edad, no ha llegado a tiempo para participar en los Juegos Olímpicos de París, pero espera estar en Los Ángeles.
Empezaste muy joven a practicar gimnasia ¿cómo fueron tus inicios y por qué esta disciplina?
Descubrí la gimnasia con unos cinco o seis años, cuando me invitaron a un cumpleaños en el que había un hinchable. Una chica estaba saltando y haciendo mortales y me
llamó la atención. Probé, me gustó la sensación y cuando llegué a casa pedí a mis padres que me apuntasen a algo relacionado con eso. Así llegué al Estadio, a una actividad de iniciación a las acrobacias, y empecé a tener contacto con la gimnasia. Con siete u ocho años, Xabi Larrimbe me vio y me propuso entrenar en el Arabatxo, donde he estado hasta irme a Madrid con 17.
El aparato que de verdad disfruto es el suelo. La sensación de saltar, girar, dar piruetas por el aire, la sensación de volar, más o menos, es una pasada.
¿Cómo llegas al Centro de alto rendimiento de Madrid y cómo está siendo la experiencia?
Iba de vez en cuando a entrenar al CAR, para aprovechar las instalaciones y aparatos que en Vitoria no tenemos. También para que me viesen los entrenadores. En abril de
2022 tuvimos que plantearnos seriamente solicitar una beca que me permitiera compaginar segundo de bachiller y preparar ciertos campeonatos internacionales. Tras los resultados en el campeonato de Europa junior, en agosto de ese mismo año, me la concedieron y entré interno.
La experiencia está siendo muy buena. El ritmo es muy duro y muy distinto a la vida que tenía antes. Entrenamos dos sesiones, 6 horas, y yo en mi club entrenaba una de dos horas pero para compaginar los estudios y el deporte es el mejor sistema. Ahora entreno de 10 a 13, como, voy a la universidad de 14:30 a 17:30 h y vuelvo a entrenar de 17:45 a 20:30 o 21:00 h. Es un ritmo muy exigente pero es el que te permite llevar las dos carreras a la vez.
Además, aquí convivimos deportistas de toda España y de todo tipo de deportes. El ambiente es muy bueno. Todos entrenamos y luchamos por los mismos objetivos.
¿Qué cualidades hay que tener para practicar gimnasia? ¿Qué te hace a ti diferente?
Las cualidades físicas necesarias son, principalmente, flexibilidad y fuerza y es imprescindible tener constancia, saber trabajar duro y tener fortaleza. También paciencia, porque la gimnasia es un deporte en el que hay que repetir mucho los elementos y a veces cuesta conseguir pequeños avances. Hay que tener paciencia, ambición y motivación para seguir entrenando y mejorando.
Yo soy un gimnasta bastante flexible, muy técnico, constante y muy perfeccionista. Siempre busco algún fallo en lo que he hecho y la manera de corregirlo o cómo mejorar.
¿Cuáles son tu mejor y peor recuerdo como gimnasta?
Mis mejores recuerdos son dos: el primer campeonato internacional que hice con la selección española, el campeonato de Europa junior de Múnich de 2022. Había muy buen ambiente, el pabellón era una pasada, estaba todo muy bien organizado y me clasifiqué para la final de salto. El otro es mi primer campeonato de Europa senior, este año en Italia. No iba a ir pero tras unas buenas competiciones y haber hecho bien muchos controles, fui y me clasifiqué para la final de suelo. Fui cuarto en mi primer campeonato Europa senior.
En el otro lado de la balanza, durante el confinamiento no me apetecía mucho competir. El parón de todas las competiciones y entrenamientos me vino bien para replantearme cómo quería seguir, qué objetivos tenía… Fue un punto de inflexión.
¿Qué te aporta dedicarte a la gimnasia de alto nivel?
Me aporta muchas cosas. Entrenamos tantas horas que adquieres la capacidad de valorar cada momento que tienes y aprovecharlo para estudiar o cualquier otra cosa. Saber trabajar duro también es algo que aplicas a tu vida personal. El ser constante y tener ambición por seguir mejorando; ponerte objetivos, por muy pequeños que sean, tener una motivación.
No echo de menos la vida de un joven de mi edad. Esto es lo que yo he elegido porque de verdad me gusta y aunque haya que hacer ciertos sacrificios, los haces porque tienes un objetivo y lo que te da es más de lo que te quita. Me gusta mucho viajar y depende del verano o si hay competiciones en septiembre u octubre, tenemos pocas vacaciones pero luego la recompensa es muy grande.
¿Cómo ves tu futuro, dónde te gustaría llegar?
Estoy estudiando química en la universidad. Me gustaría acabar la carrera y más adelante dedicarme a la gimnasia de otra manera, ser entrenador.
¿Qué recuerdos tienes del Estadio?
Las instalaciones del Estadio han sido fundamentales para mi carrera deportiva. Allí tuvo lugar mi primer contacto con la gimnasia, Xabier Larrimbe ha sido mi entrenador en el club Arabatxo. Recuerdo que todos los veranos, incluso todos los fines de semana, íbamos al rocódromo, al tatami que hay
arriba, a probar a dar volteretas y a jugar. También iba a la sala fitness, donde trabaja Xabi. Y después a hacer la pretemporada y entrenar durante todo el mes de agosto.